La ictiosis, la displasia ectodérmica o el síndrome de Ehlers-Danlos son enfermedades de la piel que comparten una mínima prevalencia entre la población española. La probabilidad de encontrar un caso de albinismo, por ejemplo, en la consulta de un dermatólogo Vigo es muy baja. La cifra de afectados por este trastorno ronda en nuestro país los cuatro mil afectados.
La falta de color en el pelo y otros síntomas del albinismo son resultado de una mutación genética que altera la producción de melanina. Este trastorno requiere el uso de gafas de sol, protectores solares con un alto SPF y otras medidas orientadas a preservar la piel del afectado.
Otra enfermedad dermatológica bastante inusual es la ictiosis, caracterizada por la piel seca, enrojecida y escamosa. Cuando se manifiesta de forma grave, sus síntomas dañan también los órganos internos. Se trata de una patología hereditaria, que a su vez puede adquirirse sin antecedentes familiares.
Otra rareza médica es la epidermólisis ampollosa. Se origina en un gen hereditario, y su principal síntoma es la proliferación de ampollas en las zonas de la piel con más contacto o fricción. Aparece generalmente durante la primera infancia.
La displasia ectodérmica, por su parte, se distingue por la extrema sequedad de la piel y el desarrollo de escamas superficiales. Su sintomatología es reconocible también en los dientes, uñas y pelo, y la persona es propensa a las infecciones cutáneas.
Otra rara avis en la lista de problemas dermatológicos es el síndrome de la piel apergaminada. Los afectados presentan una piel endurecida y con signos leves de hipertricosis, acompañados de una pérdida de movilidad en las articulaciones.
En el síndrome de Ehlers-Danlos, en cambio, la superficie cutánea no presenta sequedad ni descamación, sino una fragilidad y suavidad tal que la hace propicia a los moratones y otros perjuicios.