Los primeros años de vida son críticos para el desarrollo de cualquier ser humano. A medida que su sistema inmunitario se fortalece y la resistencia a las infecciones se eleva, el niño permanece expuesto a enfermedades tan comunes como la faringitis, la bronquiolitis o la fiebre aftosa.
Contratar seguro privado de salud para bebés garantiza una asistencia rápida, eficaz y segura a las emergencias médicas que puedan presentarse durante la primera infancia. Algunas de ellas son tan frecuentes como la otitis media y otras infecciones relacionadas con el oído.
Más del setenta por ciento de los niños sufre algún tipo de infección de oído antes de alcanzar los tres años de edad. Esta alta prevalencia se explica por la falta de defensas inmunitarias a temprana edad.
La enfermedad mano-pie-boca, o fiebre aftosa, forma parte de las dolencias que suelen amenazar la salud infantil. Se trata de una infección viral caracterizada por las llagas bucales, los sarpullidos en las extremidades y la fiebre.
Por su parte, el virus de la rubéola también pone en riesgo la salud de los más pequeños, pues las probabilidades de contraerla sin vacunación son del noventa por ciento. De ahí que hoy sea una enfermedad menos corriente. Sus síntomas incluyen la tos, el moqueo, la fiebre y la inflamación de ganglios linfáticos, entre otros.
Las bacterias Streptococcus son las causantes de la faringitis estreptocócica, otra fuente de disgustos para los padres actuales, pese a los muchos avances de la ciencia médica. Se manifiesta con picores de garganta, amigdalitis y fiebre, y suele tratarse con antibióticos.
De nuevo, los agentes víricos son los responsables de una dolencia usual entre la población infantil: la bronquiolitis, una infección del aparato respiratorio que afecta al diez por ciento de los niños. Su sintomatología es clara: tos, respiración agitada y fatiga, principalmente.