La madera es una de las materias primas más versátiles, abundantes y ecológicas, con toda una industria a sus espaldas que vela por el buen aprovechamiento de este recurso natural. Su importancia para la sociedad y el desarrollo no impide, sin embargo, que existe un desconocimiento general de la madera y su tipología. Al investigar sobre la Venta de madera Galicia, País Vasco y otras CC.AA, es fácil que su clasificación tradicional —maderas blandas y duras— genere dudas en el consumidor inexperto.
En primer lugar, la madera blanda proviene de especies de crecimiento rápido, específicamente de coníferas o árboles de hoja perenne (cedros, píceas, abetos, alerces, pinos). De esta clase es la madera utilizada mayoritariamente en sectores como el náutico, la bioenergía o la construcción.
Las características de la madera blanda incluyen una resistencia y flexibilidad superior, el peso ligero, la facilidad para trabajarla y su acabado en tonos blancos, compatibles con las últimas tendencias en decoración (minimalismo, estilo nórdico, etcétera). Por contra, el pino, el abeto y otras maderas de coníferas presentan una vida útil limitada y requieren un mantenimiento más constante y dedicado.
Las maderas denominadas duras, en cambio, se distinguen por su durabilidad, resultado de una alta tolerancia a los agentes xilófagos. De roble y alerce son los doscientos millones de postes que sostienen la ciudad italiana de Venecia desde el siglo quinto y que han sobrevivido hasta nuestros días.
Esta madera se obtiene de árboles de hoja caduca o angiospermas (caoba, olmo, sicomoro, arce, roble). Más allá de su robustez y longevidad, las maderas duras destacan por su adaptabilidad a climas y condiciones adversas y su diversidad de tonos y veteados.
Como desventaja, es una materia prima más costosa debido a su crecimiento lento y menos disponibilidad. Otro de sus inconvenientes es el mayor número de irregularidades que contiene esta madera.